El rostro, el espejo del alma

¿Es posible compaginar naturalidad, rellenos y toxina botulínica? Los especialistas presentan sus soluciones en el XXVI Congreso de la Sociedad Española de Medicina Estética

El rostro está formado por 30 músculos. Si tenemos en cuenta que cada minuto gesticulamos unas 3 veces aproximadamente, al día podemos realizar más de 1.000 movimientos con la cara. Esta gesticulación, unida al paso de los años, genera la aparición de arrugas y surcos que envejecen el rostro.

Los doctores Fabio Ingallina, Moisés Amselem y Javier Anido, analizan en el XXVI Congreso de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), que se celebra en Barcelona, cómo combatir las arrugas sin perder la expresividad del rostro, con los últimos avances en rellenos y toxinas botulínicas, en una mesa redonda sobre “Anatomía aplicada a la estética facial”.

Las arrugas faciales más comunes

El término genérico “arrugas faciales” se refiere tanto a las típicas arrugas de expresión como a los surcos faciales profundos. Su aparición viene dada principalmente por tres razones, como nos explica uno de los ponentes en el congreso de la SEME, el Dr. Moisés Amselem, especialista en cirugía y medicina estética y director médico de la Clínica Francesa Dray:

• Pérdida de elasticidad que atrofia la dermis, deshidratándola y contribuyendo a la degeneración de la piel y la formación de arrugas.
• La fuerza de contracción muscular que rompe la elastina de la piel y deja la arruga marcada.
• El proceso de flacidez procedente de la pérdida de volumen por pérdida de grasa o por pérdida de fuerza a nivel muscular.

En el caso de las arrugas de expresión, se manifiestan en el tercio superior de la cara. Según el Dr. Amselem, la región frontal, el entrecejo, las patas de gallo y el código de barras (labio superior) son las zonas más propensas a la aparición de las arrugas de expresión. En cambio, las arrugas causadas por la flacidez o pérdida de elasticidad suelen aparecer en la mejilla y la zona periocular.

En cuanto a surcos profundos de la cara, el nasogeniano (la arruga que surge entre la nariz y la comisura de los labios) y el pliegue de marioneta (bajo el labio inferior, la comisura) son los más comunes. “Los surcos también están presentes en sujetos jóvenes y se acentúan con el paso del tiempo debido a una pérdida volumétrica a cargo del tejido adiposo superficial y profundo de la cara” según el Dr. Fabio Ingallina, cirujano plástico especialista en medicina reconstructiva y estética y autor del Atlas of Anatomy in botulinum toxin.

Rellenos y toxinas botulínicas que mantienen la expresividad

Las demandas de los pacientes y la consecuente respuesta de los cirujanos y médicos estéticos están cada vez más dirigidas a la obtención de un aspecto natural. El conocimiento de la anatomía facial es esencial para la comprensión del equilibrio estático y dinámico de los músculos. Según el Dr. Fabio Ingallina “sólo el conocimiento profundo de la anatomía y la adecuada comprensión de la dinámica muscular y de los mecanismos musculares que regulan el proceso de envejecimiento facial permiten obtener un aspecto natural a medida, es decir, un resultado totalmente natural, equilibrado y personalizado en función de las características morfológicas de la cara del paciente”.


El estudio de la dinámica de los procesos de envejecimiento del rostro, la “anatomía del envejecimiento”, ha hecho cambiar la lógica y el abordaje del tratamiento de las arrugas profundas y los surcos de la cara. “Se ha pasado del tratamiento de una única arruga, a la remodelación total del rostro” señala el Dr. Fabio Ingallina.

Estos avances en el mundo de la medicina estética han permitido desarrollar por un lado un nuevo relleno facial y, por otro, una toxina botulínica que aseguran la expresividad del rostro y mantienen su equilibrio. Estos dos revolucionarios productos estéticos han sido probados por los especialistas de mayor renombre en medicina estética, tal y como han expuesto en el Congreso